Actualmente, con el advenimiento de la era digital donde la globalización está acentuando cada vez más las desigualdades, especialmente las educativas, se ha incorporado a la vida común el libro cibernético, los multimedias y la enseñanza de aula se está desplazando a la enseñanza interactiva del teleaprendizaje.
El capital humano a través del conocimiento y la información están tomando lugar sin precedentes, “permitiendo al individuo desarrollar sus habilidades y potencialidades innovando, creando y transformando la forma de comunicarse, de vivir, producir y organizarse de manera solidaria con otros” (Quirós, 2010).
Con el uso de las TICS en todos los ámbitos, pero sobre todo en el de la enseñanza, las demandas se han transformado y están exigiendo cambios para reducir la brecha digital desde el sistema educativo, tales como cambios en el sistema de evaluación y acreditación de carreras y cursos, coexistencia de múltiples alternativas de entretenimiento, coherencia entre la formación en ciencias físicas y naturales con las ciencias sociales y humanidades, cambios en la pedagogía, un orden moral que cohesione el orden colectivo, adquirir competencias para hacerle frente a nuevas situaciones y que propicien el trabajo en equipo.
Asimismo, se requiere de mayor capacidad de autonomía y juicio, más responsabilidad solidaria, incremento de valores culturalmente compartidos, competencia organizativa y de gestión para adaptarse al trabajo y a la vida, estilos de aprendizaje y enseñanza centrados en el alumno, no en el docente, eliminar la desigualdad en los accesos y en el manejo de redes informáticas y audiovisuales, cambios sustanciales en la educación para la vida con valores y actitudes, conforme a procesos y contextos culturales de los educandos, el reconocimiento de grupos y cosmovisiones diferentes, más utilización de los medios audiovisuales en el aula, el desarrollo de productos y servicios innovadores y la necesidad de un aprendizaje continuo y permanente en la vida de cada individuo.
En sí, el sistema educativo actual demanda políticas, normas, acciones y servicios que garanticen educar para la sociedad de la información y del conocimiento, ofreciendo una respuesta adecuada y oportuna a las demandas del contexto social, tanto de las personas como del conocimiento integral.
Estas demandas se deben enfrentar permitiendo el uso de las TICS en las instituciones educativas, fortaleciendo el papel del Estado en la provisión de educación y conocimiento, desarrollando mecanismos para monitorear y evaluar el aprendizaje del estudiante, creando mecanismos para financiar sustancial y fuertemente la educación, fortalecer el rol y la formación del docente, propiciar contenidos y prácticas pedagógicas en función de las necesidades reales de la comunidad, que el sistema educativo esté centrado en la sociedad del conocimiento y la información, orientar la comunicación para que adquiera y procese conocimientos con sentido de totalidad y en forma ordenada.
Todas estas acciones, unidas entre sí, permitirán que el sistema educativo se afiance como la base primordial del desarrollo de la ciencia y el uso del saber científico a través de las TICS como proveedoras de fuentes de trabajo, conocimiento e información.
Sin embargo, tal como indica Escamilla (2007), para que esta tecnología educativa sea eficaz y acorde con las realidades y necesidades actuales, los individuos requieren de un modelo de enseñanza centrado en la persona, donde el docente pase a ser, de protagonista y creador de la enseñanza, a guía y motivador del aprendizaje y el estudiante se convierta en el constructor de su propio aprendizaje, capaz de detectar, analizar y solucionar los problemas y situaciones apremiantes en su vida personal, laboral y social.
Bien lo dicen Buendía y Martínez (2007) en que "el hombre se va haciendo, su condición es formarse, integrarse; la formación no es una esencia ni un resultado, sino un proceso continuo, histórico, de autoconfiguración e integración social"(p.88).
Bien lo dicen Buendía y Martínez (2007) en que "el hombre se va haciendo, su condición es formarse, integrarse; la formación no es una esencia ni un resultado, sino un proceso continuo, histórico, de autoconfiguración e integración social"(p.88).
Para eso, se reconocerá el rol del alumno como punto de partida y su papel activo, creativo y autónomo en el proceso de aprendizaje, al igual que el papel del docente como coordinador, facilitador y activador de dichos aprendizajes. En estas condiciones el aula tomaría un nuevo e interesante ambiente de significación e interés en el discente.
Educar, entonces, tiene implicaciones más amplias que la mera transmisión de información, ya que debe ocuparse de la formación integral de la persona. Freire (2004), reconoce que un verdadero aprendizaje implica que el alumno aprenda de manera autónoma, creativa y crítica, respetando su individualidad; si aprende poniendo en ejercicio su capacidad de pensar y explotando sus propias habilidades e intereses, en un ambiente democrático, de respeto mutuo, de diálogo constructivo, de trabajo cooperativo y solidario, se estarán sentando las bases para la construcción de una sociedad más justa.
Por tanto, se coincide con Heredia y Romero (2007) cuando expresan que “el efecto que la escuela tiene como formadora de las personas es una huella indeleble tanto en lo personal como en lo profesional” (p.68). Asimismo, el proceso educativo sólo es efectivo y de calidad cuando se responde con exactitud a las justas demandas de los diferentes contextos socioculturales y éstos se fundamentan en la participación y la investigación.
No en vano Freire (2004) manifiesta que "no habrá creatividad sin la curiosidad que nos mueve y que nos pone pacientemente ante el mundo que no hicimos, al que acrecentamos con algo que hacemos"(p.11).
La introducción de las TIC en la educación abre muchas posibilidades, pero también plantea nuevas exigencias. Uno de los desafíos más importantes se refiere a la tarea docente. Según Gabelas (2002), las nuevas exigencias a la profesión docente demandan que sean precisamente los profesores los responsables de la alfabetización tecnológica de sus estudiantes y del dominio de una diversidad de competencias requeridas en el contexto de las demandas de la sociedad del conocimiento.
Según Yanes (2011), requiere un trabajo más intenso de los docentes para propiciar interacciones sustantivas entre los alumnos; guiando y modelando las discusiones cuando están conectados y animando a los alumnos a que respondan en forma asertiva.
Por tanto, se coincide con Yanes (2011) en que las competencias integrales de los profesionales modernos actuales son el conjunto de valores, normas, conocimientos teóricos, conocimientos técnicos prácticos, conocimientos técnicos emparentados con la profesión, lenguajes, roles, habilidades, capacidades de intervención, cultura informacional, actitudes, identidad y prácticas vinculadas directamente a la visón disciplinar y al desempeño profesional estructurados dinámicamente y que tienen necesariamente el carácter de transversales, genéricas, de competencias claves. “La competencia es en primer lugar el conocimiento” (p. 211).
Referencias Bibliográficas:
Buendía, A. y Martínez, A. (2007). Hacia una nueva sociedad del conocimiento : retos y desafíos para la educación virtual. En: Lozano, A. y Burgos, J. Tecnología educativa en un modelo de educación a distancia centrado en la persona, cap.3. México : Limusa.
Educatics (2009). Las TICS en los procesos de Enseñanza y Aprendizaje. Disponible en: http://educatics.blogspot.com/
Escamilla de los Santos, J. (2007). Hacia un aprendizaje flexible sin fronteras y limitaciones tradicionales. En: Lozano, A. y Burgos, J. Tecnología educativa en un modelo de educación a distancia centrado en la persona. México : Limusa.
Freire, P (2004). Pedagogía de la autonomía. Sao Paulo : Paz e Terra.
Gabelas, J. (2002). Las TIC en la educación. Una perspectiva desmitificadora y práctica sobre los entornos de aprendizaje generados por las nuevas tecnologías. Disponible en: http:// www.uoc.edu/web/esp/art/uoc/gabelas0102/gabelas0102.html [Fecha de publicación: enero de 2002]
Heredia, Y. ; Romero, M.E. (2007). Un nuevo modelo educativo centrado en la persona: compromisos y realidades. En: Lozano, A. y Burgos, J. Tecnología educativa en un modelo de educación a distancia centrado en la persona, cap.2. México : Limusa.
Moya, J. (2010). Las tics y la sociedad del conocimiento. Disponible en: Moyahttp://managementdemocratico.com/2010/01/20/la-condicion-post-moderna-y- las-tic y-la-sociedad-del-conocimiento/
Quirós, L. (2011). Las demandas en el sistema educativo. Disponible en: http://www.liquiros.blogspot.com/
Yanes Guzmán, A. (2010). Las TIC y la crisis de la educación. Disponible en: http://www.virtualeduca.org/documentos/yanez.pdf.
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